Parte de los bonaerenses podrían quedarse sin agua por la falta de obras
"La situación es terminal", aseguran los funcionarios provinciales a cargo del servicio. Explican que es otro capítulo de lo que el macrismo en su versión bonaerense denomina "la herencia sciolista". La referencia alude a Aguas Bonaerenses SA (ABSA), la empresa estatal de la provincia de Buenos Aires creada en el 2002 que provee de agua potable a 91 localidades y cuya capacidad operativa está al borde del colapso.
"Hay cañerías obsoletas en algunas ciudades que tienen más de 100 años, como el caso de La Plata. Hay 40 mil reclamos y pedidos de usuarios –baja presión, pérdidas, conexiones, cambio de medidor- que esperan ser resueltos. La planta potabilizadora de Punta Lara cumplió en diciembre 60 años, cuando estaba pensada que opere durante 30 años", son algunas de las conclusiones del informe pedido por la gobernadora María Eugenia Vidal que detalla la catastrófica situación de ABSA.
Roturas de bombas o andamiajes en deterioro son otras de las consecuencias de la falta de obras a lo largo de los años, según la auditoría encargada por los funcionarios bonaerenses al frente de la empresa, publicada en parte hace unos días por el diario Perfil.
"Hoy, la planta de Punta Lara funciona a menos de la mitad de su capacidad. Eso hace que el agua llegue con baja presión. En cinco años no se invirtió nada: si se rompe algo cientos de miles de bonaerenses se quedan sin agua", aseguran a Infobae desde la Gobernación. "La situación es terminal", agregan. La capital provincial es una de las ciudades que corre riesgo de quedarse sin agua.
En ese sentido, desde la Provincia explican que es imprescindible la negociación con la oposición para decretar la emergencia en infraestructura, que permitiría, entre otras cuestiones, achicar los procesos licitatorios. Según las fuentes, AYSA podría además hacerse cargo de algunas localidades provinciales cuyo servicio hoy es prestado por ABSA. La diferencia entre ambas compañías es que la primera recoge el agua del Río de la Plata, una fuente inagotable; la segunda lo hace de pozos que requieren una inversión que, según los especialistas, no se produjo.
Según la auditoría –que forma parte de un paquete de informes encargado por el macrismo para conocer al detalle diversos servicios públicos bonaerenses- se reiteran a lo largo de la concesión desbordes cloacales por el crecimiento demográfico y la falta de obras, que provocan problemas ambientales y cuestiones vinculadas a la sanidad.
Desde el Gobierno bonaerense apuntan las miradas a Guillermo Scarcella, ex presidente de la empresa y uno de los ex funcionarios de mayor confianza de Daniel Scioli. Scarcella era, en los hechos, uno de los operadores judiciales del ex gobernador, de privilegiada llegada al juez Rodolfo Canicoba Corral. En medio de la campaña presidencial, en septiembre pasado, el ex funcionario aventuró con que si Scioli triunfaba en las elecciones habría "una expansión de la red de agua en todo el país". De acuerdo al informe de ABSA y a la situación del servicio, la promesa de campaña resulta al menos llamativa: hace unos meses, según confiaron fuentes oficiales, una productora quiso alquilar la planta de Punta Lara para filmar una película de terror.
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