El fundamentalismo religioso ataca otra vez

Mueren más de 30 personas en ataques en el aeropuerto y metro de Bruselas


Una serie de ataques el martes en el metro y el aeropuerto de Bruselas –una ciudad que ya vivía bajos estrictas medidas seguridad con el ejército y la policía patrullando sus calles desde hace meses– ha causado 34 muertos por el momento y casi 200 heridos.

Las autoridades creen que una de las dos explosiones en el aeropuerto fue causada por un ataque suicida. En la terminal de salidas murieron 14 personas y otras 20 en una estación de metro en el centro de la ciudad, cerca de la sede de la Unión Europea.

El primer ministro Belga, Charles Michel, dijo “teníamos miedo de atentados terroristas, y ha sucedido”, y el presidente francés, Francois Hollande, declaró que “toda Europa ha sido golpeada a través de los atentados de Bruselas”

El alcalde de Bruselas ha pedido a la población que evite cualquier movimiento. La ciudad está paralizada. Todos los vuelos han sido cancelados. Todas las estaciones de metro y autobús están cerradas. Los trenes que unen Bélgica con Francia, Holanda, Alemania o el Reino Unido se han detenido. Las líneas telefónicas colapsaron por la gran cantidad de personas que querían comunicarse.

Los ataques comenzaron con las explosiones en el aeropuerto antes de las 8 de la mañana. Ilaria Ruggiano dijo: “íbamos a hacer el check-in sobre las 7:30 de la mañana. Éramos siete. Llegábamos un poco tarde. Oímos un ruido fuerte y vimos una luz. Mi madre cayó al suelo. Algo la golpeó. Solté el equipaje y me tiré a suelo. Apareció un niño, sangraba mucho. Traté de ayudarlo con un pañuelo, pero no alcanzaba. Hubo dos bombas”.

Otro pasajero, Jérôme Delanois, dijo que estaba en un café cerca del mostrador de Delta Airlines cuando escuchó un ruido similar a un trueno. “Hubo dos explosiones, una grande y una pequeña. La primera hizo volar las paredes y todo lo demás. Había llamas. La primera fue mayor. Voló todas las ventanas”.

Belinda How, una viajera malaya que estaba en Bruselas de vacaciones, dijo que estaba en la fila para registrarse en un vuelo de Etihad Airways cuando oyó la explosion. “Era la última pasajera de la fila, estaba muy cerca de la primera explosión, todo el mundo gritaba. Le dije a mi hijo, que tiene síndrome de down, ‘tienes que correr’ y me contestó ‘me duele la pierna’; estaba en pánico. Dejé el equipaje, lo agarré y corrí, antes de llegar fuera, explotó otra bomba”.

En fotografías del aeropuerto que se ven en internet, se ve a pasajeros cubiertos de sangre y polvo que parecen sorprendidos pero conscientes.

Otras imágenes en redes sociales mostraban humo que salía de la terminal de salidas donde habían volado por los aires los cristales. También a gente que escapa del edificio. Cientos de personas vagaban por el exterior del edificio.

A las 9:10 de la mañana hubo otra explosión en el metro de Maelbeek, en el centro de la ciudad, al lado de la sede de la Unión Europea.

Henk Stuten, de 50 años, que trabaja en una oficina de la Comisión Europea sobre la estación, dijo “sentimos una explosión, el edificio tembló, por las ventanas vimos a gente saliendo del metro”.

La policía belga ha pedido que todo el mundo permanezca en sus casas o puestos de trabajo y no salga a la calle. La policía y numerosas ambulancias están por todas partes en lo que se conoce como el barrio europeo de Bruselas.

La amenaza contra Europa se mantiene desde noviembre pese a las medidas de seguridad adoptadas tras la serie de atentados en Francia. El viernes pasado un operativo conjunto de las policías belga y francesa detuvieron en Bruselas a Salah Abdeslam, supuesto cerebro y único superviviente de la célula del Estado Islámico que atacó París y sus alrededores el 13 de noviembre con una serie de explosiones y tiroteos que dejaron un saldo de 130 personas asesinadas. Algunos de los terroristas viajaron desde París a Bruselas tras los atentados y desde entonces se habían desarrollado importantes operativos en Bélgica para desarticular sus redes de apoyo.

Pese a la detención de Abdeslam el lunes, las autoridades habían pedido ayuda a la población para localizar a Najim Laachraoui, identificado como cómplice de la celula que atacó París. Lo habían filmado junto a Abdeslam en una gasolinera dos días antes de los ataques.


Por ALISSA J. RUBIN , AURELIEN BREEDEN y ANITA RAGHAVAN

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