El Gobierno de Cristina borró los datos de las cuentas de Báez en EE.UU.
El estudio que defendía a la Argentina en el juicio de los fondos buitres informó a la Procuración del Tesoro sobre las cuentas del empresario K en Nevada. Antes de dejar el Gobierno, borraron los discos rígidos.
La procuradora del Tesoro, Angelina Abbona, en Nueva York en 2014. |
Los intentos de Cristina Kirchner por esquivar “La Ruta del dinero K” se toparon con un nuevo límite. Durante más de dos años, su gobierno ocultó y luego borró información clave sobre cuentas bancarias en Estados Unidos y transacciones millonarias vinculadas al empresario Lázaro Báez. Los datos comenzaron a llegar en octubre de 2013, a raíz del proceso de discovery (una acción judicial para producir información) que inició el fondo NML, de Paul Singer, para rastrear los fondos del empresario patagónico y del Estado argentino. Fueron decenas de mails y documentos enviados por el estudio de abogados contratado por el gobierno argentino en Nueva York. Según pudo saber Clarín de fuentes oficiales y judiciales, la información fue borrada de las computadoras de la Procuración del Tesoro. Incluso desaparecieron discos rígidos. La principal responsable es la ex procuradora Angelina Abbona, del riñón del ex secretario Legal y Técnico Carlos Zannini. El escándalo fue tan grande, que la ex funcionaria tuvo que devolver el disco rígido de su computadora. Argumentó que se lo había llevado a su casa para hacerle un back up (copia de los archivos).
El gobierno de Mauricio Macri logró recuperar parcialmente esos mails. Toda la documentación, a la que tuvo acceso este diario, ya está en manos de la Justicia.El 7 de abril de 2014 vuelven a tomar contacto. Desde el estudio de abogados, que renovó su contrato con la actual gestión, otra vez informan a Abbona y a Diez sobre el trámite judicial iniciado por NML. “Han estado discutiendo el asunto y MF habría producido algo de información”, detalle el mail. Y agrega un detalle colorido: el pedido de discovery ya se había filtrado en el Wall Street Journal.
Los mails recuperados provienen desde Nueva York. Las respuestas de los funcionarios de la Procuración del Tesoro, si las hubo, hasta ahora no aparecieron. Ese organismo fue colonizado por el kirchnerismo desde la asunción de Abbona. En la actualidad, todavía hay decenas de familiares y allegados de Zannini y su segundo, Carlos Liuzzi.
Por el escándalo, ya tomaron intervención varios organismos oficiales como la Unidad de Información Financiera (UIF) y el Ministerio de Hacienda.
Además de los mails, desaparecieron archivos que se produjeron a lo largo del discovery. Esos documentos, protegidos por una protective order (orden de protección), contienen información sobre cuentas y transacciones de Baez y otros personajes influyentes como Ernesto Clarens, el primer financista de Lázaro y de Néstor Kirchner.
“De la documentación recibida se desprende que existe información encriptada a la cual no se ha podido tener acceso”, dice una nota enviada por la UIF el 10 de junio pasado a la Procuración. Ocurre que hacia fines de 2014, los mails comenzaron a llegar con archivos adjuntos. La información era tan voluminosa que fue necesario comprimirla para bajarle el peso.
Hacia fines de 2014, la presión del discovery, una herramienta legal para obtener información, en este caso de las 123 empresas de Nevada, dio sus frutos. En septiembre, el juez Cam Ferembach le tomó declaración a Patricia Amunategui, del estudio Mossak Fonseca, y luego permitió la participación del periodista Jorge Lanata. La declaración de la abogada llegó a los funcionarios argentinos. El 17 de marzo de 2015, el abogado que trabaja en Nueva York informó: “No incluimos el anexo C, que el transcript del deposition de Patricia Amunategui ya que es muy pesado y ya se los hicimos legar oportunamente”.
Apenas recibió los mails, el actual titular de la Procuración del Tesoro, Carlos Balbín, cercano a la diputada Elisa Carrió, se los giró al juez federal Sebastián Casanello. Esos documentos prueban que el kirchnerismo ocultó información sobre las cuentas de Báez en Estados Unidos. Los intercambios llegan hasta junio del año pasado.
El último mensaje recuperado ingresó el 18 de ese mes a las casillas oficiales de Abbona y se segundo. El mensaje, acompañado de un zip (archivo comprimido), contenía documentos entregados por Pershing LLC, una subsidiaria de Bank of New York Mellon. Esa entidad, mencionada por el arrepentido Leonardo Fariña en su declaracion, entregó 82 documentos en formato pdf sobre Clarens, sus familiares y el enigmático Néstor Marcelo Ramos, la cabeza visible de SGI.
clarin.com
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