Los derechos que nos niegan, es vida que nos arrebatan

OPINIÓN
Nueva ley de empleo municipal, entre idas y vueltas


Ser un trabajador municipal hoy, en el Municipio del Partido de La Costa, es tener un trabajo de miseria y lamentablemente no puede ser catalogado de otra manera. Todos los días veo al barrendero, que con una pala, una escoba y una carretilla camina por la calle Chiozza, contra viento, frio y lluvia, la lucha como todos pero la sufre como pocos. Su trabajo es sumamente digno, podría este barrendero llegar extenuado a su hogar y decirle a sus hijos con orgullo en la voz  ‘’volví de trabajar’’. Sin embargo poco podríamos hablar de dignidad si viéramos el sueldo que recibe por su tarea.


Que un empleado municipal reciba un salario menor que el mínimo vital y móvil prácticamente es un delito de lesa humanidad, es jugar con la desesperación, con la necesidad, pero por sobre todo, es jugar con el hambre del pueblo. Es una práctica común en el Kirchnerismo e implica una especie de cárcel social, donde se tiene atrapado al trabajador sin ninguna salida posible.

Esta situación, prácticamente indiscutible, nos lleva a la simple pregunta, si los sueldos son tan bajos, porque cada vez más personas quieren trabajar en el municipio. La respuesta es tan simple como nefasta. El empleo público, considerado en su ‘’función social’’, es la más cruda expresión de la ineptitud de la política local,  que ante su incompetencia para generar puestos de empleo genuino, responde tomando empleados públicos. 

Después de cada temporada los jóvenes y no tan jóvenes salen en busca de un empleo digno para sí y para sus familias. A estos que no les ha cabido la suerte de un empleo en una cooperativa, que no quieren arriesgar su sangre en algún municipio del conurbano como policía  y que tienen arraigo en su localidad natal y en su familia, caen en la buenaventura de algún puntero político zonal, que les ofrece un mísero sueldo como trabajador municipal, seguramente precarizado, para poder llevar el pan a su hogar.
Pero no crea el lector en este punto que cualquiera puede acceder a un cargode jerarquía dentro del municipio, de ninguna manera. Estos cargos están reservados para los hijos de, los hermanos de, las esposas y esposos de, los amigos de, etc. Sino observe simplemente los apellidos y parentescos que se encuentran en las dependencias judiciales de La Costa, le aseguro que se va a asombrar, o quizás no tanto.

Ante este uso macabro del brazo estatal es que en el año 2014 se aprobó la ley 14656 que viene a borrar el mal sabor de boca que ha dejado su predecesora la ley 11757. Esta última fue parte de la ola de leyes en favor de la llamada flexibilización laboral, claramente en detrimento de los derechos de los trabajadores, asimismo fue tachada de inconstitucional en tanto afectaba las garantías que la carta magna establece en su artículo 14 bis en referencia a la estabilidad laboral en el empleo público como así también, resulto inconstitucional respecto al artículo 39 de la constitución de la provincia en tanto negaba el derecho de libertad sindical para los empleados municipales.

La ley 14656 establece entre otros derechos, que en un plazo de hasta cinco años al menos el 80% de los municipales de comunas bonaerenses deben tener garantizada la estabilidad laboral, cuando la media actual es de un 60% de precarizados y establece que los sueldos comunales no pueden ser inferiores al salario Mínimo, Vital y Móvil. Resulta revolucionaria en su intento de sindicalización de los empleados municipales en tanto promueve la discusión salarial en el marco de paritarias libres a través de convenios colectivos de trabajo.
A opinión de este servidor el punto más álgido de la ley se encuentra en su Art Nº 2 cuando establece el concurso público para el ingreso de personal al municipio. Resulta imperativo este punto para que en este municipio, todos seamos iguales y no algunos más iguales que otros, para que todos los nacidos en estas tierras estén en igualdad de condiciones.

Sin embargo no hay rosa sin espina, la ley en cuestión no ha sido aplicada a la fecha, el Kirchnerismo tuvo tanto impulso para promoverla inicialmente como para evadirla luego. El Macrismo parece ir en un lento sentido contrario. Uno de los primeros decretos firmados por la entonces flamante Gobernadora Vidal, fue nada menos que la prórroga por 180 días de la tan beneficiosa ley para el día 23 de junio reglamentar la tan esperada ley.

A la fecha la ley se encuentra en plena vigencia, municipios como Gral. Rodriguez, San Isidro o Merlo ya han acordado sus respectivos Convenios Colectivos de Trabajo y pasado a planta permanente a gran parte del personal que se encontraba precarizado. Esperamos que gremios como ATE (asociación de trabajadores del estado) no miren a otro lado y defiendan a los trabajadores ante dirigentes de su misma extracción política, como es Juan Pablo De Jesús. 

Matías Pérez

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