Toda actividad profesional debe ser analizada críticamente para evolucionar.

Aprender: ¿examen perverso, macabro y discriminador o piedra fundamental de la evolución educativa?

He leído con sumo interés las dos posturas, la del Ministerio de Educación Nacional y la de la Secretaria General de la filial regional de SUTEBA (SGfrS), referente a la ejecución del programa Aprender (evaluación de los alumnos).
María Ema Marocchi  (SGfrS) calificó al programa de marras de perverso (que causa daño intencionadamente), macabro (que participa o disfruta  de la fealdad de la muerte y de la repulsión que esta suele causar) y discriminatorio (trato desigual a los niños según motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, etc.).
El programa Aprender es simplemente el instrumento que el Ministerio de Educación seleccionó para evaluar los niveles de aprendizaje de los establecimientos primarios y secundarios de todo el país.
Los gremios docentes expresaron su más profundo rechazo por considerarlo discriminatorio,  por  atribuirle rasgos neoliberales que finalmente concluirán en una reducción de los fondos educativos.
Consideran además que los exámenes son una herramienta del aprendizaje y no un método de evaluación de los alumnos y sus maestros.

Estos conceptos los interpreto como falacias, por lo menos de dos clases:
1- Argumentum ad verecundiam (magister dixit) porque el que emite esa conclusión tiene autoridad en la materia.
2- Argumentum ad misericordiam (apelación a la misericordia) porque manipula los sentimientos para sostener un argumento como válido.

No creo que la opinión de la SGfrS sea la más indicada porque su tarea principal y cotidiana ha sido fundamentalmente la discusión salarial docente, la corrección remunerativa por índices inflacionarios y otros elementos propios al trabajador docente. 
No he visto la preocupación de la SGfrS por los resultados de la labor educativa ni la paupérrima condición en los aspirantes a la universidad en la última década; tampoco he conocido propuestas para elevar el nivel cognitivo de los alumnos; pareciera que la educación para esta funcionaria se encuentra en su máximo esplendor que no requiere modificación alguna. ¿Será el resultado esperado en la "Década Ganada"? ¿Un concepto político partidario puede obnubilar la mente de un funcionario con tal responsabilidad?¿Han evaluado el daño que las huelgas han provocado en los alumnos?

Hemos encontrado que utiliza de manera sesgada el concepto de integración educativa; ¿cómo define la inclusión dentro del sistema educativo; que todos los inscriptos concluyan sus estudios independientemente de su nivel cognitivo o que a través del esfuerzo y dedicación logren integrarse a un mundo laboral complejo cada día más exigente en los niveles de capacitación?
Si optamos por no discriminar durante la asistencia escolar los estamos excluyendo de las mejores posibilidades laborales a futuro; si optamos por el esfuerzo ofrecemos a todos mejores oportunidades en función de su capacitación.
La ley garantiza igualdad de oportunidades, de formarse adecuadamente y que pueda integrarse en un mundo competitivo; la misericordia, pena o lástima los iguala en la exclusión de un futuro trabajo que requiera capacitación más compleja que le permita evolucionar social, cultural y laboralmente.
Fuera de las aulas los jóvenes se van a enfrentar con un sistema que va a seleccionar aquellos trabajadores o profesionales según su nivel cognitivo. Esa realidad la deben conocer y aprender a convivir con ella y superarla.

En algo le doy razón a la SGfrS, que los padres deben estar involucrados y deben participar este debate.


Estoy convencido que la gran mayoría ansía la mejor capacitación y posibilidades para sus hijos, a pesar de los sindicalistas de turno que pareciera que se oponen a la evaluación por motivaciones políticas partidarias y actitudes sectarias.
¿Ese es el mensaje de inclusión e igualdad que brindan a la sociedad?

DEC

Comentarios