A los enanos algo les toca, a Ottavis el ridículo aunque crea que se divierte.

Del ridículo no se vuelve.
La estrategia de un rufián

Así debe saber Jose Ottavis, que tiene experiencia abandónica en las diferentes facetas de su vida, pero que difícilmente logre alguna vez retornar de este papelón permanente en el que ha decidido convertir su vida.
Ex radical, ex vicepresidente de la Cámara de Diputados, ex dirigente de la juventud, ex pareja de Victoria Xipolitakis, ex titular del bloque único del FPV y sobre todo ex político serio y con alguna chance de proyección, el "enano" como se lo conoce en el ambiente sigue siendo uno de los hombres con mayor llegada a Máximo y Cristina Kirchner.
Y ese es quizá el motivo de las excentricidades del creador de la JPBA.  Durante mucho tiempo el rumor fue que Ottavis oficiaba de "valijero" del kirchnerismo, reportando directamente al hijo mayor del matrimonio presidencial, lo que incluso le habría permitido tener vuelo propio en algunos negocios que no pasaban por el control superior.
De ser ciertas esas versiones, cada paso de algún Kirchner por los tribunales de Comodoro Py representan un verdadero riesgo para el diputado provincial, que aunque parezca mentira, sigue siendo el presidente del bloque camporista que reúne a 17 legisladores.

Los delincuentes comunes suelen apelar a intentos de conseguir la "inimputabilidad" amparado en alguna enfermedad psiquiátrica o como se dice comúnmente, "haciéndose pasar por loco", lo que para la justicia elimina la pena porque el autor del hecho no estaría en condiciones de determinar si su conducta es o no correcta.
No hay mucha diferencia entre ese vericueto legal que fomentan muchos abogados y el refugio del ridículo para un dirigente político que quizá tenga que explicar sus vínculos con un poder corrupto.  A sabiendas de que eso podría ser inexplicable, quizá sea mejor parecer un payaso incapaz de tomar decisiones autónomas.
Del ridículo no se vuelve, ni siquiera Ottavis puede convertirse en un "ex" ridículo, lo que hay que averiguar es si uno llega a ese lugar sin darse cuenta o si lo hizo de manera consciente para evitarse un mal mayor.  Porque no se puede ser ex ridículo pero tampoco ex ladrón, como lo dijo José Vitette Sellanes autor del robo del Siglo "voy a ser ladrón toda la vida, pero a lo mejor no robo más".

novargentina.com

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