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No participará de marchas, discursos ni actos públicos; intentará difundir conceptos que considera vitales para el conocimiento y prevención de la Violencia de Género.
Mitos y realidades sobre la violencia de género
La prevención debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante la educación de los niños y niñas que promueva las relaciones de respeto y la igualdad de género. El trabajo con jóvenes es la mejor opción para lograr un progreso rápido y sostenido en materia de prevención y erradicación de la violencia de género. Aunque las políticas públicas y las intervenciones suelen pasar por alto esta etapa de la vida, se trata de una época crucial durante la cual se forman los valores y normas relativas a la igualdad de género.
No participará de marchas, discursos ni actos públicos; intentará difundir conceptos que considera vitales para el conocimiento y prevención de la Violencia de Género.
Violencia es todo aquello que viole los derechos inalienables
de la persona.Es obligación de los
poderes públicos condenar toda forma de violencia, prevenir, investigar y
castigar su comisión.
Es obligación de la ciudadanía exigir a los poderes públicos que cumplan esta obligación, comenzando por aquellas violencias de género que emanan directamente del Estado.
Es obligación de la ciudadanía exigir a los poderes públicos que cumplan esta obligación, comenzando por aquellas violencias de género que emanan directamente del Estado.
Se considera
violencia de género:
a) Violencia física, que incluye cualquier acto de fuerza
contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física
o daño, ejercida por quien sea o haya sido su cónyuge o esté o haya estado
ligado a ella por análoga relación de afectividad, aún sin convivencia.
b) Violencia psicológica, que incluye toda conducta, verbal
o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento, a través
de amenazas, humillaciones o vejaciones, exigencia de obediencia o sumisión,
coerción, insultos, aislamiento, culpabilización o limitaciones de su ámbito de
libertad, ejercida por quien esté o haya estado ligado a ella por análoga
relación de afectividad, aún sin convivencia.
c) Violencia económica, que incluye la privación intencionada,
y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico
de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los
recursos compartidos en el ámbito de la pareja.
d) Violencia sexual y abusos sexuales, que incluyen
cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el (presunto) agresor o no
consentida por la mujer, abarcando la imposición, mediante la fuerza o con
intimidación, de relaciones sexuales no consentidas, y el abuso sexual, con
independencia de que el (presunto) agresor guarde o no relación conyugal, de
pareja, afectiva o de parentesco con la víctima.
Los mitos sobre la violencia de género son definidos
conceptualmente como creencias estereotípicas sobre esta violencia que son
generalmente falsas pero que son sostenidas, amplia y persistentemente, y
sirven para minimizar, negar o justificar la agresión a la pareja. (Peters,
2008 en Bosch y Ferrer, 2012).
Algunos de los mitos
socialmente más extendidos son:
• Mito: Ha
ocurrido sólo una vez, por una bofetada no pasa nada.
Realidad: La violencia de género no es algo puntual. Normalmente forma parte de un patrón de relación, y ésta irá en aumento. La frecuencia e intensidad de las agresiones determina el nivel de riesgo que sufre la víctima.
Realidad: La violencia de género no es algo puntual. Normalmente forma parte de un patrón de relación, y ésta irá en aumento. La frecuencia e intensidad de las agresiones determina el nivel de riesgo que sufre la víctima.
• Mito: La
Violencia de género es un hecho aislado y puntual que pertenece al ámbito
privado de las familias.
Realidad: La violencia de género es un delito y además es grave problema social que afecta a un alto porcentaje de la población. Se estima que los casos que se denuncian suponen entre un 15 y un 17% de la realidad. Por tanto, lo que se conoce es sólo la punta del iceberg.
Realidad: La violencia de género es un delito y además es grave problema social que afecta a un alto porcentaje de la población. Se estima que los casos que se denuncian suponen entre un 15 y un 17% de la realidad. Por tanto, lo que se conoce es sólo la punta del iceberg.
• Mito: Las
mujeres maltratadas suelen tener problemas psíquicos.
Realidad: Las patologías psíquicas no son la causa sino el efecto que produce la violencia en las mujeres. La exposición a la violencia de género provoca en la mayoría de las mujeres una serie de problemas que, las personas expertas han denominado Síndrome de la Mujer Maltratada.
Realidad: Las patologías psíquicas no son la causa sino el efecto que produce la violencia en las mujeres. La exposición a la violencia de género provoca en la mayoría de las mujeres una serie de problemas que, las personas expertas han denominado Síndrome de la Mujer Maltratada.
• Mito: “El
Tiempo lo soluciona todo.” Los hombres violentos pueden cambiar.
Realidad: Absolutamente falso. Los hombres violentos no cambian; es más, con el paso del tiempo la violencia se agrava y se torna más peligrosa.
Realidad: Absolutamente falso. Los hombres violentos no cambian; es más, con el paso del tiempo la violencia se agrava y se torna más peligrosa.
• Mito: “No me
separo por mis hijas/os”.
Realidad: Las hijas e hijos son víctimas directas de la violencia de género. Resulta fundamental que dejen de vivir en un ambiente violento cuanto antes.
Realidad: Las hijas e hijos son víctimas directas de la violencia de género. Resulta fundamental que dejen de vivir en un ambiente violento cuanto antes.
• Mito: La
mayoría de las denuncias por violencia de género son falsas.
Realidad: Según un informe de la Fiscalía General del Estado (España) el porcentaje medio de denuncias falsas es del 0,01%. Sobre una media de 135.000 denuncias anuales, cabe afirmar que 13,5 son falsas.
Realidad: Según un informe de la Fiscalía General del Estado (España) el porcentaje medio de denuncias falsas es del 0,01%. Sobre una media de 135.000 denuncias anuales, cabe afirmar que 13,5 son falsas.
• Mito: “Yo lo
dejaría a la primera bofetada”. (Mito del masoquismo. )
Realidad: Resulta fundamental conocer en profundidad el ciclo y la escalada de la violencia, para comprender por qué las mujeres no se separan antes de sus parejas.
Realidad: Resulta fundamental conocer en profundidad el ciclo y la escalada de la violencia, para comprender por qué las mujeres no se separan antes de sus parejas.
• Mito: La
violencia de género se da sólo en las clases sociales más desfavorecidas, con
poca formación y escasos recursos económicos.
Realidad: La violencia de género se da en todas las clases sociales, sin distinción. La pobreza dificulta más la salida y añade más sufrimiento a la víctima.
Realidad: La violencia de género se da en todas las clases sociales, sin distinción. La pobreza dificulta más la salida y añade más sufrimiento a la víctima.
• Mito: Sólo cierto
tipo de hombres maltratan a sus parejas. Existe un perfil concreto de
maltratador.
Realidad: No existe un perfil concreto de hombre que ejerce violencia de género.
Realidad: No existe un perfil concreto de hombre que ejerce violencia de género.
• Mito: Los
hombres que maltratan son enfermos mentales.
Realidad: Los maltratadores no son enfermos mentales, de serlo ejercerían violencia contra cualquier persona y no sólo sobre su pareja. La violencia está motivada por un deseo de controlar y mantener el poder sobre la mujer, a quién perciben como un objeto de su propiedad.
Realidad: Los maltratadores no son enfermos mentales, de serlo ejercerían violencia contra cualquier persona y no sólo sobre su pareja. La violencia está motivada por un deseo de controlar y mantener el poder sobre la mujer, a quién perciben como un objeto de su propiedad.
• Mito: Los
maltratadores han sido víctimas de maltrato en la infancia. Realidad: No existen estudios científicos que avalen esta
afirmación.
• Mito: La
violencia domestica está provocada por el abuso del alcohol y/o las
drogas.
Realidad: No existe una relación directa entre alcohol/drogas y violencia de género. En determinados supuestos, puede ser una circunstancia que agrave la relación violenta.
Realidad: No existe una relación directa entre alcohol/drogas y violencia de género. En determinados supuestos, puede ser una circunstancia que agrave la relación violenta.
• Mito: Es
incomprensible que las mujeres no denuncien antes y soporten tantos años junto
a su maltratador.
Realidad: Más del 40% de las mujeres no denuncian la violencia por miedo al maltratador y a sus represalias, miedo e indefensión ante el desconocimiento de lo que va a ocurrir tras la denuncia, y fundamentalmente por encontrarse en un estado psicoemocional que le impide tomar las riendas de su vida.
Realidad: Más del 40% de las mujeres no denuncian la violencia por miedo al maltratador y a sus represalias, miedo e indefensión ante el desconocimiento de lo que va a ocurrir tras la denuncia, y fundamentalmente por encontrarse en un estado psicoemocional que le impide tomar las riendas de su vida.
• Mito: Los
hombres también son maltratados por sus parejas.
Realidad: Las estadísticas policiales y judiciales muestran que el 99% de la violencia en la pareja la ejerce el hombre sobre la mujer.
Realidad: Las estadísticas policiales y judiciales muestran que el 99% de la violencia en la pareja la ejerce el hombre sobre la mujer.
La prevención es la única arma para defenderse.
Hemos dado un bosquejo de lo que es, sus formas y modalidades de acción y las expresiones comunes que la sociedad cultiva para proteger (en sentido relativo) a los victimarios.
La mejor manera de contrarrestar la violencia de género es prevenirla tratando sus orígenes y causas estructurales.La prevención debe comenzar en las primeras etapas de la vida, mediante la educación de los niños y niñas que promueva las relaciones de respeto y la igualdad de género. El trabajo con jóvenes es la mejor opción para lograr un progreso rápido y sostenido en materia de prevención y erradicación de la violencia de género. Aunque las políticas públicas y las intervenciones suelen pasar por alto esta etapa de la vida, se trata de una época crucial durante la cual se forman los valores y normas relativas a la igualdad de género.
La violencia de género expresa un grave problema cultural, el que no se soluciona con marchas, discursos, o construcción de refugios para la mujer agredida. Debe ser enfocada de forma multidisciplinaria y llevará una generación para que notemos cambios significativos.
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