Macri, frente al poder subterráneo. Dos variedades del poder de Kristina adaptado de líderes totalitarios.
Fuerzas políticas de "La Luz" y las de "Las Tinieblas"
"La Luz": Hay una parte de la política que compite en el visible campo de juego. La coalición oficialista; el peronismo de Massa, Randazzo, Schiaretti, Urtubey, Pichetto o Bossio; los socialistas santafecinos o la alianza que rodea a Martín Lousteau en la Capital son protagonistas limpios de la política.
"Las tinieblas":
Otra parte de la política, vinculada sobre todo al cristinismo, juega más en la oscuridad que en la sinceridad del espacio público. El cristinismo tiene aliados tácitos en la izquierda más radicalizada. El grupo RAM es uno de ellos.
La relación se estableció a través de Quebracho, la violenta organización con larga experiencia en la depredación de la propiedad pública y privada.
También Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella, un dirigente convertido al hipercristinismo, está muy cerca de RAM, según testimonios fotográficos que existen.
Los disturbios violentos en plazas y calles céntricas son la consecuencia obvia de la aparición (o reaparición) de grupos violentos. Cristina Kirchner se ocupa de plantar la desconfianza sobre las fuerzas de seguridad, pero calla sobre la responsabilidad de los violentos.
"La Luz": Hay una parte de la política que compite en el visible campo de juego. La coalición oficialista; el peronismo de Massa, Randazzo, Schiaretti, Urtubey, Pichetto o Bossio; los socialistas santafecinos o la alianza que rodea a Martín Lousteau en la Capital son protagonistas limpios de la política.
"Las tinieblas":
Otra parte de la política, vinculada sobre todo al cristinismo, juega más en la oscuridad que en la sinceridad del espacio público. El cristinismo tiene aliados tácitos en la izquierda más radicalizada. El grupo RAM es uno de ellos.
La relación se estableció a través de Quebracho, la violenta organización con larga experiencia en la depredación de la propiedad pública y privada.
También Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella, un dirigente convertido al hipercristinismo, está muy cerca de RAM, según testimonios fotográficos que existen.
Los disturbios violentos en plazas y calles céntricas son la consecuencia obvia de la aparición (o reaparición) de grupos violentos. Cristina Kirchner se ocupa de plantar la desconfianza sobre las fuerzas de seguridad, pero calla sobre la responsabilidad de los violentos.
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