Santiago Maldonado. Metiendo todo en el contexto de un año electoral, buscando la pérdida de la gobernabilidad.

A principios de este año 2017 se había planteado la posibilidad de que Cristina no fuera candidata electoral por la provincia de Buenos Aires.
Muchos teníamos la esperanza o ilusión que la expresidente abandonara o se tomara un respiro en su carrera política, pero el sentido común indicaba lo contrario:


  1. En sus 12 años de poder se había dedicado a montar un equipo de asesores o funcionarios fieles que le permitían el acceso a múltiples recursos económicos tanto en obras públicas como lavado de dinero.
  2. Efectuó cambios a nivel de la Justicia, instalando el grupo de Justicia Legítima que permitía defender sus múltiples negociados. Desafortunadamente, los negocios de la presidente generaron la habilitación automática de otros negociados de niveles políticos inferiores que tuvieron bastante protección del poder judicial.
  3. Su modalidad de gobierno afectó la funcionalidad de la Justicia Federal, demorando exageradamente sus fallos o sentencias. Otros, desvergonzadamente, fallaban a su favor grotescamente haciendo gala de impunidad. También estaban los jueces cubiertos por el consejo de la magistratura, y los fiscales estaban sometidos a la voluntad de la Procuradora General de la Nación lo cual restringía mucho su accionar profesional.
  4. Los groseros negociados que había efectuado en su presidencia vieron la luz en función de las denuncias de algunos diputados opositores que iniciaron causas utilizando a los medios como caja de resonancia y así la sociedad comenzó a exigir justicia.
  5. La estructura delictiva que había permitido instalarse para cubrir sus “negocios” se independizó de los controles centrales, especialmente después del fallecimiento de Néstor y no podía desmantelarse graciosamente.
  6. Se arriesgó en las elecciones del 2015 donde sufrió un duro revés quedando las estructuras corruptas muy expuestas. A esta jugada fallida hay que agregarle otros movimientos en falso, el Pacto con Irán y la comunión ideológica con Venezuela (Chaves y Maduro).

Su imperio comenzó a derrumbarse, algunos jueces y fiscales comenzaron a recuperar “algo” de independencia y empezaron a generar dolores de cabeza. No tuvo otra salida que volver a postularse para encontrar refugio en los “fueros” que impedirían, bloquearían o demorarían “in eternum” sanciones judiciales.
El problema emergente se encontraba en la estrategia electoral:
a)     No podía ser ejecutiva porque era ajena a ese poder.
b)     No podía ser legislativa porque sus limitaciones creativas se lo impedían y su ego imposibilita la generación de un líder pensante en su propia tropa.
c)      Sí podía hacerlo en el frente social:
- Política económica, Ajuste de tarifas.
- Inflación. Subsidios sociales.
- Sueldos empleados de gremios fieles y seguidores. Los Docentes fueron los elegidos.
- Otros gremios, gestión muy difícil por las ambiciones de los dirigentes y conducta heterogénea.
- Desocupación, no crecimiento económico, argumentos que perdieron mucha fuerza en estos meses.
d)     Gobernabilidad forzando huelgas o conflictos docentes, crisis en otros gremios. Estas acciones se fueron debilitando hasta que su equipo de campaña diseño crisis y manifestaciones ideológicas a predominio de grupos de izquierda, anarquistas y las huestes de La Cámpora y afines.
Así logró el gran combo a “la reina” un ruidoso bodrio popular llenos de gritos y desmanes sin sentido aplicando lo que han atesorado durante tanto tiempo para perpetuarse en el poder…. “El Montonerismo”.
Sabían que la violencia no podía ser continua sino por actos en secuencia, pero la clave de guerrilla urbana se inicia con actos de terrorismo:
- 10 de agosto. Bomba en Indra previa a las elecciones. Nadie se lo atribuye; muy extraño si la intención es infundir temor debe materializarse, nadie teme una bomba sino a alguien que pone bombas.
- 18 de agosto: atentado en el círculo de suboficiales de gendarmería en Córdoba.
- 24 de agosto: Bomba en el Ministerio de Seguridad, Anexo de Seguridad y Gobernación , todos de la provincia de Buenos Aires. Usaron un par de pantallas para desviar las hipótesis de trabajo, las continuas depuraciones de la Bonaerense y la otra (presumo más probable) desprendimiento de la marcha por Maldonado
- 1 de septiembre: Casa Rosada, Plaza de Mayo, Catedral, obras social de la Gendarmería, en Capital Federal; Río Negro, El Bolsón, Escuadrón Nº35 de Gendarmería, todos con refriegas y bombas Molotov.; en  Tucumán, Rosario, Mendoza, Córdoba, Mar del Plata manifestaciones sin mayor vandalismo
Hasta aquí hemos llegado; lo que vendrá no será por inercia.

Mi sospecha es que todo esto está perfectamente diseñado para debilitar a un gobierno democrático con la excusa de un desaparecido en democracia por responsabilidad del estado por una presumible intervención de la Gendarmería que no pudo ser fundamentada en sede judicial.
Trabajando la sospecha de atentado a la gobernabilidad en vísperas de una elección legislativa, de medio término, en la que la expresidente tiene muchas posibilidades de ser derrotada y así ver cómo se extingue su poder político e impunidad, buscaría la forma más simple de instalar la Desaparición Forzada  como lo sería en montarme de un oscuro conflicto social violento e iniciar la difusión de infundio. Poco importa si Santiago está vivo o muerto, carece de valor para la expresidenta.
Para Macri Santiago posee un valor incalculable:
- Si está vivo queda demostrada la falsedad de la campaña de Kristina.
- Si está muerto el valor de hallar el cadáver permite realizar las investigaciones pertinentes y darles legalidad a los procedimientos. Macri lo precisa con vida o por lo menos su cadáver.
- Kristina precisa imperiosamente la no aparición de Santiago con vida,
so pena que se derrumbe toda su parafernalia.
Estos datos son claves y constan en el expediente:
Alertado por los perros, Evaristo Jones se sobresaltó el 21 de julio, cerca de las dos de la mañana. Jones, de 44 años, descansaba en el puesto Los Retamos, a la vereda de la ruta 40, perteneciente a la compañía Tierras del Sur Argentino, de la familia Benetton, para la que trabaja desde hace más de dos décadas. El hombre declaró en la Justicia que, después de que cuatro activistas del grupo mapuche RAM lo golpearon y le prendieron fuego el lugar, él se defendió con un cuchillo que tenía una hoja de 25 centímetros. Según el fiscal Carlos Díaz Mayer, en la causa consta que “se lo clavó hasta el mango” a uno de los atacantes. El puestero le dijo a Clarín que es improbable que haya matado a alguien con ese cuchillo, pero la fiscal sospecha que pudo haber modificado su relato por temor a incriminarse en un eventual homicidio. Lo cierto es que en el puesto se encontraron dos manchas de sangre de distintos hombres, una en un pedazo de tela y otra en el vidrio de una ventana de las que ya se hicieron perfiles de ADN.
En definitiva, los intereses particulares se imponen a la verdad, la vida de Santiago le interesa sólo a la comunidad. ¡Qué bajo hemos caído!

Si sólo fuera el desafío electoral de octubre lo que aguarda a Mauricio Macri, éste podría dormir tranquilo. Cuando encuestas y datos de la economía navegan con viento a favor, el espectro de la violencia en manifestaciones públicas comenzó a hacerse habitual. Es probable que esa nueva marea de violencia no concluya con las urnas del mes próximo.
Todo indica que grupos radicalizados de la sociedad han tomado esa deriva por las elecciones y más allá de las elecciones. Dos altos funcionarios del gobierno aseguraron que la violencia será un tema constante del próximo año. Calificados como "terroristas" por uno de esos funcionarios, que tiene larga militancia política, los grupos rebeldes cumplen con todos los requisitos de los movimientos antisistema conocidos en el mundo. No aceptan las reglas del juego del sistema democrático ni del sistema económico. Al contrario, las combaten. La violencia no es, por lo tanto, un fenómeno pasajero en el país.
Los sectores más radicalizados de la política abandonaron el primer intento de desestabilizar al Gobierno por medio de la descalificación.
Durante un año y medio se insistió en que un gobierno de "derecha liberal", administrado por una "ceocracia", no tendría futuro. Encuestas primero y elecciones después, demostraron que ni Mauricio Macri es la "derecha liberal" ni su futuro es tan corto como predecían. La siguiente fase de la desestabilización es la creación de un clima de violencia permanente en el espacio público. Por ahora, la violencia se limita a la destrucción de objetos (con la excepción de aquel policía muerto en San Martín de los Andes) y al uso de bombas molotov. Nadie en el Gobierno, ni en las fuerzas de seguridad, está en condiciones de anticipar si habrá también una fase de violencia más grave y más letal.

Los últimos hechos violentos fueron provocados por la desaparición de Santiago Maldonado. Cualquier desaparición es un hecho gravísimo que reclama al Estado su urgente esclarecimiento. Al Estado, a través de la Justicia y de las fuerzas de seguridad. Ninguna hipótesis debe ser desechada hasta que Maldonado aparezca con vida. Tampoco la responsabilidad de la Gendarmería, aunque por ahora no existe ninguna prueba que la inculpe. Pero el cristinismo ha hecho de esa tragedia una detestable bandera electoral. Señala implícitamente al Gobierno como culpable de la desaparición de Maldonado. ¿Por qué, si no, la saña política contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que habla de lo que sucede en la investigación? "La primera prueba contra un gendarme, y éste no durará un minuto", se la escuchó decir a Bullrich.

Pongamos los pies en la política práctica.
1.      ¿Por qué el Gobierno haría eso? ¿Qué conseguiría si no su propia adversidad política? Acusar al Gobierno de la desaparición de Maldonado es sencillamente una perversión de la lógica. Es la violencia de las palabras, que siempre precede a la violencia de los hechos.
2.      ¿Es el suicidio político de Kristina? La violencia es su proyecto. Venezuela su modelo 



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