La crisis económica es el resultado de funcionarios incompetentes y beneficiarios inescrupulosos.

Estamos inmersos en una triste realidad.
Confiamos en un gobierno que creímos que estaba capacitado en economía y que podría moverse entre las diferentes variables con holgura y elegancia.
Este equipo creyó que la inflación podía ser fácilmente controlada, que un sistema económico perverso podría ser desmantelado gradualmente sin generar tensiones sociales.
Sin embargo de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno.
Cristina Kirchner había sembrado el sendero  con múltiples "trampas cazabobos" y, desarticular cada una de ellas implicaba un alto riesgo de conflicto social.
Desde la gran cantidad de empleados públicos nombrados en los últimos 6 meses de gestión para poder pasarlos a planta permanente, la gran cantidad de planes distribuidos por punteros políticos  sin los controles adecuados, al igual que las pensiones por invalidez, las jubilaciones  otorgadas sin aportes, etc, todos factores que elevaron el gasto público al 60%  del PBI, hasta las consecuencias del choreo que disminuyó notablemente el flujo de dinero genuino dentro de la sociedad.
También le dejó un sindicalismo  nefasto en los principales grupos que, con el dinero que les dejaron manejar, armaron un sistema de coerción incontrolable que condiciona todas las acciones de gobierno.
Este nefasto sistema está tan bien armado y lubricado que todos los ciudadanos nos planteamos: "Sabemos quién ocupa el gobierno, pero desconocemos quién ostenta el poder"

Pocas veces tenemos la oportunidad de obtener una confesión tan espontánea como genuina.
Haga play y preste atención (A mí no me gusta el periodista pero consiguió un documento de elevada calidad y eso lo respeto).

En estos días vivimos bajo la amenaza de los saqueos y la incontrolable violencia que generan.
Somos conscientes de que la situación social es grave;  los negligentes a cargo de la política económica con sus ajustes han agravado las necesidades de gran parte de la población incrementando la tensión social.
Pero no olvidemos que los intentos de saqueo que han abortado (por el momento 5) fueron preparados con cuidado, tomando a los potenciales manifestantes de los listados de los planes sociales y de los de la AUH.
Nos esperan varios meses duros y, probablemente, con final abierto.

DEC
El observador del Tuyú

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