Paro Nacional, la Argentina desgarrada

Cuando más graves e intensas son las crisis, más precisan los que la padecen mantener su máxima objetividad, capacidad de análisis y raciocinio. Alejémonos de la desesperanza, la desilusión y frustración, tratemos de buscar una salida sin esperar que otros resuelvan nuestros problemas.
Hace unos 80 años, como mínimo, que hemos delegado y confiado en otros la responsabilidad de salir avante.
¿Qué fue lo que hemos conseguido?

Micheli: "Se cae este modelo económico o estos tipos se van"
Hemos creado representantes con ideologías falsas que se alejan del mandato concedido; éstos al saberse poseedores de poder no encontraron mejor método de vida y enriquecimiento que condenarnos a todos a la miseria para así conservar su status.
Así nos hemos condenado por décadas y todavía somos incapaces de ver el bosque detrás del árbol; sólo percibimos la zanahoria delante de nuestras narices y tras ella marchamos, no a nuestro destino sino al que otros desean llevarnos.
Así hemos llegado a esta magnífica huelga de 36 horas, en la que el pueblo ha hecho llegar a los gobernantes el malestar por la situación económica y la falta de expectativas.
El gobierno sin dudas lo percibió, pero ¿que hemos ganado?
¿Realmente hemos ganado?
¡No! Todos hemos perdido, y los más damnificados son los que han reclamado, tanto material como políticamente.

La huelga es una forma de protesta en la que sus participantes o miembros se abstienen de realizar la actividad que realizan normalmente en perjuicio de aquellos a los que dirigen sus reivindicaciones o sus quejas. Es la suspensión colectiva de la actividad por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar mejoras en las condiciones de trabajo o manifestarse contra recortes en los derechos sociales; según la Organización Internacional del Trabajo, es uno de los medios legítimos fundamentales de que disponen los ciudadanos y específicamente los trabajadores para la promoción y defensa de sus intereses económicos y sociales.
 
Por definición entonces demostramos que el objeto del paro es hacer daño al responsable de los inconvenientes que padecemos. Esto podemos comprenderlo fácilmente en una empresa privada, en la que los damnificados son los dueños y capitalistas que ven reducidas sus ganancias por el simple hecho de no producir.
Lamentablemente en esta última huelga los reclamos están dirigidos hacia el Estado, el que conformamos todos. ¿Quiénes pierden entonces?
Todos perdemos, especialmente aquellos que están en peores condiciones.

Los números no mienten, la realidad social tampoco:
  • Se estima que el país ha dejado de producir 31.600 millones de pesos durante la huelga. Si consideramos que el 60-70% del PBI  se destina a gasto público y sociales descubrimos que se ha conseguido que 18.960 millones no se aplicarán en nosotros mismos.
    ¿A quién le hemos hecho daño? A nosotros mismos. Esta es una actitud suicida e irracional.
  • ¿Qué hemos ganado?
    Sólo defender los derechos de una minoría sindical que perdió la oportunidad de gobernar en las últimas elecciones.
    ¿Están calificados estos dirigentes para conducirnos alegremente a un daño mayor?
  • La mayoría de los gremios fuertes están en el poder durante décadas.
    ¿Garantizan idoneidad y espíritu democrático con las reelecciones permanentes?
    Obviamente no; como mínimo se podrán envanecer con ser dueños de la verdad ideológica (¿tienen?), cuando en realidad la han cambiado por intereses políticos y económicos non sanctus.
  • Encima asumen representatividad de facciones políticas que son objeto de múltiples causas judiciales responsables del robo más grande de un Estado de toda la historia; peor aún en las arengas de las marchas emiten mensajes exigiendo el cambio de política económica o la renuncia de todo el gobierno.
    ¿Quiénes los reemplazarían? Sencillo, los mismos que nos han metido en este berenjenal.
    Sin lugar a duda sería jugar a la “ruleta rusa” con la carga de balas completa.
Cuando se está inmerso en un mundo autodestructivo no tengan dudas, todos son partícipes de él, nadie se salva, todo se destruye:


·        Los Sindicatos Docentes han construido su santuario en las huelgas descartando el objetivo básico de su razón de ser, la educación y los niños. Los resultados de las pruebas de calidad educativa han sido desastrosos. Los jóvenes no comprenden textos, apenas conocen las operaciones matemáticas básicas, ni piensen en operaciones con quebrados o fracciones.
¿Pueden los docentes al frente de un grado desconocer lo que los niños no saben? Obviamente no.¿Hicieron algo al respecto?Sólo huelgas por aumentos salariales e infraestructura.La educación se construye con responsabilidad profesional antes que con los sueldos y ladrillos. Obviamente que la función debe ser dignamente retribuida y el Estado debe garantizar el ambiente adecuado para estudiar, pero lo docentes deben respetarse a sí mismos en su profesión.No lo están demostrando.

·        La UOCRA tiene la máxima expresión de la corrupción en el “Pata” Medina, quien acabó, por un lado, por incrementar los costos de las construcciones en La Plata, generando desocupación en un estrato social muy careciente. Mantiene un violento ejército a su mando para apretar gente.

En La Costa se han olvidado de controlar las obras en construcción, no efectúan inspecciones técnicas exceptuando las que sirven para recaudar mayor cantidad de multas. La muerte de 6 obreros en Santa Teresita son claro ejemplo de esta degradación sistémica.

·        Este gobierno también tiene lo suyo, tratar de resolver el problema inflacionario como si fuera uno financiero. El resultado de esa interpretación se transformó en las Lebacs y en las Letes que sirvió para que los especuladores cobraran intereses impresionantes, en el orden del 60% anual. Un verdadero desatino.
El área Social del Gobierno también falla en sus controles.
El ejemplo lo tenemos en este video


No estoy de acuerdo con el exabrupto de Baby Echecopar, ni soy quien para juzgar si la líder del movimiento piquetero entrevistada tenía una actitud lícita respecto a los planes.
No la juzgo, no la puedo juzgar, pero su marido gana más que yo en mi jubilación (40 años de trabajo) y no estoy reclamando planes.
Esa es la función del organismo del estado que concede el beneficio.
Si lo administra mal nos perjudica a todos.
Lo mismo ocurre con las pensiones por invalidez, ¿todas son justas acordes con el estado de beneficiario? Mucho temo que no.
·        También una institución que debe ser sagrada por representar al pueblo y las provincias está totalmente desacreditada por ser actualmente un aguantadero, que cobija delincuentes que están protegidos por sus fueros. El caso típico es el de Menem por la venta de armas.
La legislatura debe ser un monumento a la ética y respeto por la democracia y no un antro de corrupción sistémica y de perdición para nuestra democracia.


      Los dichos de la legisladora por capital defiende su “derecho” a violar las normas, y rechaza las normas hechas en la Legislatura porteña porque fueron redactadas y sancionadas por la mayoría oficialista.
·        Finalmente tengo que mencionar a la masa o muchedumbre que se deja guiar por sus punteros, jefes o sindicalistas en pos de objetivos políticos partidarios que no la representa; esto no invalida la justicia del reclamo, sólo expone que no los han educado para pensar
·        Tampoco la justicia sale indemne de este planteo, ya que durante muchísimos años fue afecta al poder de turno, llegando a su máxima expresión con Justicia Legítima.

¿Queda algo sano?
Obviamente todo debe ser reconstruido.
Va a ser una tarea ciclópea, tendremos que sacar del barro ignominioso a nuestras instituciones que actualmente hacen de la falta de ética su única razón de ser.

DEC
El Observador del Tuyú

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