Reportaje a la esencia del docente.

Entrevista a Natalia Díaz, directora de la 
Escuela Especial Nº 501, MdA.
Sábado 9 de Febrero del 2019: sol ardiente, las calles con arena muy floja y suelta que dificultaba el andar de los automóviles, humedad agobiante, barrio de casas bajas y sencillas en las que muchos vecinos se refugiaban huyendo del calor.
Sólo una esquina mostraba una intensa actividad en un ambiente de camaradería, la de Sacconi y Las Margaritas donde se encuentra la Escuela Especial Nº 501 Cirilo Luz.
Unos 30 padres se esforzaban pintando las paredes exteriores, reparando revoques y cielorrasos en una atmósfera de cordialidad, alegría y simpatía compartiendo unos mates amargos con algunas masitas.


Los promotores de la “movida”, rápidamente identificables por su actividad, fueron Sergio Omar Santana (constructor, referente de Cambiemos) y Natalia Díaz (directora  en uso de licencia por maternidad) quienes se movían dentro del grupo de vecinos que pintaban incansablemente las paredes. Podías verlos arriba de sillas, banquetas, de escaleras inestables pasando los rodillos una y otra vez.

Esta escena me hizo recordar las “kermeses” (año 1955) que nuestros padres organizaban en los colegios para nutrir a las cooperadoras y así enfrentar las reparaciones necesarias para el próximo ciclo lectivo. Hermosas remembranzas de una infancia feliz y una comunidad solidaria.


Pude cruzar unas palabras con Sergio Santana, interrumpiendolo en su tarea de distribución de materiales.

Estaba satisfecho por la respuesta de la comunidad, pero indignado porque muchos vecinos se negaron a colaborar porque es referente de Cambiemos en La Costa; le respondí que no podía quejarse si aquellos que tenían ideología peronista se negaban a colaborar, era de presumir esa respuesta.
Sin embargo, su afirmación me dejó helado a pesar del día incinerante…. “No Daniel, la misma gente de Cambiemos boicoteó la convocatoria. Se unió al partido opositor (oficialista) para que nosotros fracasáramos”. La gente del barrio y los padres apoyaron la gesta; los compañeros de Sergio le dieron la espalda, no a su representatividad sino a la comunidad misma.

Su rostro expresaba una profunda frustración… ¿Con estas mezquindades pretenden representar a la gente? No me importa que no compartan mi rol político, me duele que después se dirijan a la comunidad pidiéndole su voto cuando se niegan vilmente a colaborar en el mantenimiento de una escuela. Debería darles vergüenza mirarse en el espejo”.

¿Cómo percibía la Directora de la Escuela 501 el mensaje negativo que esa fracción política les brindó?

El mensaje de Natalia Díaz me sorprendió:

Sus conceptos fueron:
~       Su querida escuela 501 se esfuerza en cumplir con las necesidades de sus alumnos en franca desventaja, con deficiencias en infraestructura y en personal cuali (carecen de títulos habilitantes en la especialidad) y cuantitativamente (en niños TES – Trastornos Emocionales Severos – se requiere un profesional cada 4 niños; la escuela cuenta con uno cada 8-9 niños).
~       Las deficiencias en infraestructura y personal docente se dieron con todos los gobiernos.
~       La escuela precisa de toda la comunidad para cumplir con sus objetivos curriculares.
~       Mientras un grupo de padres y vecinos trabajan en la pintura, otros por motivos políticos se negaron rotundamente.
~       El mensaje destinado a los niños habla de inclusión y solidaridad, pero carece de contenido real porque los adultos son incapaces cumplir con él.
Si los adultos no cultivamos la esencia de ese mensaje no podemos ni debemos esperar que los de “afuera” lo hagan.
Debemos reivindicarnos como sociedad.
~       Todos (gobernantes, sindicatos, comunidad) han perdido en este proceso de continuo deterioro su credibilidad.
~       La sociedad perdió su capacidad de construir, dejó de participar en su crecimiento y asumió el rol de espectador y crítico. Esperan que otros asuman la responsabilidad que ella misma es incapaz de asumir. Lamentablemente la sociedad funciona así. De esta manera sólo nos espera el fracaso.
~       Estamos fracasando en lo más simple, en dar una mano al otro.


La sociedad ha transferido a la escuela muchas responsabilidades que le son propias; espera de los demás todo aquello que es incapaz de gestar. De esta manera los objetivos de la escuela cada vez son más lejanos.

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