La justicia como conclusión.
- Formal que especificamos sobre los aspectos pedagógicos de los
docentes y sobre las temáticas a desarrollar.
- La enseñanza bajo la óptica moral y ética.
Esta decisión la tomé
cuando escuché al intendente de Areco que cuando ganen las elecciones tienen que obtener mayoría simple y así poder
alcanzar la modificación de la Corte Suprema de Justicia para incorporar
militantes que blinden el proyecto del campo Nacional y Popular.
Durante el gobierno Kirchnerista, especialmente en los cursos complementarios como
los FINES muchas clases fueron destinadas al adoctrinamiento en el tema popular y nacional, con jóvenes militantes del
Movimiento Evita y de La Cámpora desarrollando la ideología oficialista
(experiencia personal cuando acompañé a cuatro estudiantes FINES en los trabajo
prácticos finales de curso).
Esta desazón se profundizó cuando los dirigentes sindicales iniciaron una serie
de paros salvajes con notoria ideología partidaria negándose a buscar fórmulas
de consenso; sólo adoptaron la postura de exigir sus pretensiones, buscaban el
conflicto y no soluciones.
Era evidente que la lucha se daba entre una minoría violenta, que había sido derrotada en las urnas, que busca imponer su voluntad e ideología.
En este duro proceso de lucha política partidaria la nación Argentina se llenó de millones de víctimas inocentes que fueron condenados a perder muchos días de educación y desarrollo cognitivo.
¿Es justo que el costo de la lucha ideológica la paguen los niños?
Era evidente que la lucha se daba entre una minoría violenta, que había sido derrotada en las urnas, que busca imponer su voluntad e ideología.
En este duro proceso de lucha política partidaria la nación Argentina se llenó de millones de víctimas inocentes que fueron condenados a perder muchos días de educación y desarrollo cognitivo.
¿Es justo que el costo de la lucha ideológica la paguen los niños?
Un interrogante muy
doloroso surgió espontáneamente:
En la escuela ¿están los docentes preparados para enseñar los principios democráticos de nuestro país?
¿Serán capaces de analizar los dichos de Durañona? ¿Les dirán que quizás algún día tendrán que vivir bajo las condiciones que un grupo de “iluminados” impongan según su ideología?
Pero otra pregunta planteó un tema mucho más grave y
complejo:
¿Adónde están conduciendo nuestra sociedad,
a nuestros niños?
a nuestros niños?
¿Estamos yendo hacia un totalitarismo?
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